Los miembros de la soga y la baga celebraron su tradicional “cena de los callos”
Los miembros de la Soga y Baga de Teruel celebraron este jueves 11 de julio la tradicional Cena de los Callos, un encuentro en el que aprovechan para analizar con detenimiento los actos en los que participan durante el lunes de la Vaquilla, desde el traslado de los toros desde la Plaza de Toros hasta la Nevera hasta el acto de los toros ensogados de la tarde, pasando por las vaquilllas ensogadas infantiles de la mañana.
El balance no ha podido ser más positivo en todos los aspectos. Todos los miembros de la soga y la baga han coincidido en destacar el buen juego y la nobleza de los astados del ganadero Teo Adell de Castellote en la tarde del lunes y a quien no han parado de felicitar desde entonces. También se ha puesto de manifiesto la importancia de que los actos se desarrollaran sin ningún incidente y con una gran afluencia de público.
Valoración positiva también la que han hecho del líquido antideslizante que se aplicó desde final del Tozal hasta mitad de la plaza del Torico el lunes de la Vaquilla y que sirvió para evitar resbalones y caídas tanto para los miembros de la soga y la baga como para los corredores. Sin embargo, este líquido no impidió que los animales resbalasen, apunta Carlos Méndez, que adelanta que se van a buscar otras aplicaciones más efectivas para que los animales no resbalen y caigan al suelo.
También se ha valorado muy positivamente la buena acogida por parte de los más pequeños de las vaquillas ensogadas infantiles que por segundo año consecutivo saltaron a las calles de Teruel tras el cambio de normativa autonómica realizado el año pasado. Un acto tildado por los miembros de la soga y la baga de “imprescindible” para fomentar la afición entre los más pequeños e ir formando a los futuros sogueros para que esta tradición perviva en el tiempo.
En la cena, en la que siempre se incluye un plato de callos como indica su nombre, también es tradicional que todos los miembros de la Soga y Baga reciban un detalle en el que aparece incrustada una moneda de 50 céntimos que era el jornal que recibían antaño por realizar estas labores. Todos ellos recibieron una lámina enmarcada con la imagen en blanco y negro de la plaza de toros de Teruel.