Dos equipos de la DPT revisan los caminos rurales de las zonas afectadas por las tormentas del fin de semana
La Diputación de Teruel ha desplegado dos equipos este lunes para revisar la situación en la que han quedado los caminos rurales de las zonas de la provincia afectadas por las fuertes tormentas registradas este fin de semana, principalmente Bajo Aragón y Matarraña. El personal está recorriendo los municipios afectados para detectar posibles afecciones como corrimientos de tierras, barranqueras o dificultades de accesos a granjas o explotaciones ganaderas.
Así, se ha desplegado un equipo en la zona de Ráfales, Fórnoles, Monroyo y La Portellada y otro en la zona de Samper de Calanda, Híjar, Jatiel y Azaila, intentando abarcar la mayor superficie que pudiera haberse visto dañada por las tormentas.
El personal de control y vigilancia de la Sección de Caminos Rurales de la institución provincial ha recorrido las zonas que se vieron afectadas por las fuertes lluvias principalmente de ayer, en algunos lugares de importante granizo, para poder planificar las actuaciones necesarias para solventar los posibles problemas en los caminos rurales, que dificulten el tránsito por estos caminos.
Hay que recordar que la sección de Caminos Rurales de la Diputación de Teruel tiene como función ejecutar los trabajos de conservación, reparación y mantenimiento de los caminos municipales no pavimentados. Se trata de competencias de los ayuntamientos de la provincia, pero ante la dificultad que tienen muchos de ellos para asumirlas, dadas las pequeñas dimensiones de la mayoría de ellos, es la institución provincial la que presta este servicio como una ayuda más a los municipios.
Según el diputado delegado de Caminos Rurales y vicepresidente segundo de la DPT, Rafael Samper, es importante actuar con celeridad en las labores de vigilancia de los caminos cuando se producen tormentas de este tipo. Según las primeras estimaciones, no se han detectado daños graves en los caminos, aunque todavía hay zonas inundadas por lo que habrá que esperar a que el agua se vaya para poder analizar cómo se queda el terreno y si es necesario acometer alguna reparación.